Con los auspicios de la Embajada de España y de la Generalitat Valenciana, se inauguraron 13 de julio de 1999, en el Museo Nacional de Artes Visuales del Ministerio de Educación y Cultura, las muestras de los dos artistas valencianos contemporáneos Juan Genovés, "Secuencias y Sueños (1993-1998)" y José María Yturralde "Preludios - Interludios".
Juan Genovés (Valencia, 1930), es uno de los pintores más representativos de la "Crónica de la realidad española", aparecida en los años sesenta y promovida por el crítico de arte Vicente Aguilera Cerni. En primer lugar expresionista, la figuración de Genovés posee singularidad en el seno del Pop Art europeo. A las imágenes que toma prestadas de los medios, las trabaja para darles un sentido claramente crítico: sus personajes y muchedumbres, a veces presentados en secuencias narrativas, son anónimos y están animados de movimientos violentos que dramatizan el pánico y el dolor, al tiempo que permiten adivinar la violencia del poder y la alienación que de él resulta. Genovés no se conformó con sintetizar en sus cuadros el llamado "espacio del miedo", directamente relacionado con su país, sino que amplió su obra al campo de la gráfica dando testimonio a través de xilografías, serigrafías, grabados, etc., de la problemática universal del ser humano tanto en los tiempos de Franco como en la guerra de Vietnam o durante la Guerra del Golfo. En plena transición democrática de España pintó un cuadro titulado "El abrazo" (1976), que impreso luego como cartel terminó convirtiéndose en el motivo central de la amnistía del pueblo español. Sin embargo, la obra de Genovés no es panfletaria. El propio artista expresó al respecto: "Si yo hubiera sido un pintor realmente político, habría hecho panfletos". En las pinturas y dibujos recientes ("Secuencias 1993-1998), las diminutas figuras humanas de Genovés, distribuidas en las pinturas texturadas y en los dibujos sobre papel, aparecen sumidas en el desamparo y en la soledad.
José María Yturralde (Cuenca, 1942), es autor de una significativa obra que posee una especial relevancia en la actual pintura no figurativa. El artista español actúa en principio como un investigador científico riguroso, apela a la matemáticas, a la física, a la óptica, a la psicología de la percepción, etc., pero sabe desembocar en un arte lleno de sensibilidad. Su actividad estuvo siempre ligada a las artes visuales de vanguardia. Deslumbrado en su juventud por Kandinsky, es también el heredero de Escher y de Vassarely. Ya en 1968, participó del grupo "Antes del Arte" (del cual el Museo Nacional realizó una importante muestra en 1997), cuyo objetivo fue mostrar que la actividad artística podía basarse en la ciencia. A finales de los 60 y en los 70, indagó las posibilidades de la computadora como herramienta de arte y en los 80 realizó varios happenings. Desde entonces, Yturralde se ha centrado en la pintura y ha proseguido con sus investigaciones geométricas, aunque recurriendo de manera menos evidente a la ciencia. Volcado en composiciones poéticas y en sentimientos místicos nacidos de sus estudios sobre pintura y jardinería zen, así como de su deslumbramiento por creaciones como el Taj Mahal y la arquitectura prehispánica o la pintura de Vermeer, Yturralde ha continuado, sin embargo, en la tentativa de apresar la luz. Este interés ha definido la investigación plástica que desarrolló a lo largo de los últimos años, de modo que su obra participa de una doble relación: en tanto se encuentra directamente vinculada con la tradición del arte del siglo XX, al mismo tiempo se sumerge en la recuperación de lo lumínico que hunde sus raíces en la pintura y en la arquitectura medievales.