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Museo Nacional de Artes Visuales

Los viajeros y el Río de la Plata: un siglo de escritura

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Los viajeros y el Río de la Plata: un siglo de escritura


Detalle

24 de Jun, 2009 – 27 de Jun, 2009
Museo Nacional de Artes Visuales
Sala 3



La presente muestra, que se lleva a cabo en el marco del Coloquio Internacional Montevideana VI "Los viajeros y el Río de la Plata: un siglo de escritura", busca señalar algunas características laterales de la producción de dibujantes y pintores viajeros en el lapso de análisis establecido para dicho coloquio (1808-1916). Al mismo tiempo, se propone como un ejercicio de puesta a punto de obras pertenecientes al acervo del MNAV que en la mayoría de los casos no han sido expuestas en este museo y que han debido acondicionarse y restaurarse especialmente para su exhibición.

Para la elección de estas obras se ha tenido en cuenta la relación entre la técnica -dibujo, estampas litográficas- el género y el destino -vistas realizadas a partir de bocetos del lugar pero publicadas y difundidas primeramente en contextos distintos al originario-. En este sentido, la relación tema - destino, refleja los usos sociales de la imagen reproducida por medios técnicos en el siglo XIX, y la importancia ideológica del eje por el que transitan: norte-sur, América-Europa. Llama la atención en estas "crónicas visuales" -como un comentario lateral al discurso científico y al motivo político, militar o comercial que las propulsa- una mirada civilizatoria que parece dirigida a mitigar los rigores de un mundo distinto, generalmente compelido por crueles enfrentamientos.

La representación de un Jefe de Charrúas Salvajes, por parte de Debret, por ejemplo, aunque inclinada hacia un ligero exotismo, manifiesta una tendencia al embellecimiento (obsérvese el taparrabos o el totoral con cañas de Castilla) que sólo se explica por la búsqueda a ultranza de un repertorio iconográfico reconocible y "digerible" por el observador europeo. En las vistas del puerto, del mercado y la catedral, ejecutadas por autores de diversas épocas y procedencias, campea una mirada apacible que organiza tanto el registro de costumbres como el tratamiento de la luz, la atmósfera y el espacio representado, según un orden de composicion que sugiere estabilidad social y racionalidad cívica.

En este sentido, se ha querido contrastar con las obras antedichas la mirada "monumental" y laudatoria de la historia europea por parte de Juan Manuel Blanes. En una obra rara, que participa del género de las vedute (Blanes era afecto a la pintura histórica, al retrato y a la alegoría) el artista, que curiosamente se sentía decepcionado por la Ciudad Eterna1, vindica las conquistas arquitectónicas romanas, entonando con una límpida luz sus majestuosas proporciones. El sentimiento contradictorio entre la decepción de la "Babilionia intelectual" (así Blanes calificó a Roma en una epístola) y el deber del americano de ajustarse a la didáctica del Grand Tour europeo, es un ejemplo de la complejidad del sentir viajero -de su tránsito interior- y en este caso en particular, de los autoinflingidos ajustes a un imaginario americano en constante elaboración.

Pablo Thiago Rocca